Paso 1: Calentar la leche con los aromáticos En una olla grande, vierte el litro de leche junto con la rama de canela y la piel del limón. Este paso es clave para infundir sabores sutiles y deliciosos en la leche. Asegúrate de calentarla a fuego medio, evitando que hierva, ya que no queremos que se queme ni se altere la textura. Remueve ocasionalmente para que los ingredientes se distribuyan uniformemente. Mientras la leche se calienta, empieza a preparar el resto de la receta, asegurándote de que la leche no llegue a hervir en ningún momento. Esto puede tomar entre 10 y 15 minutos.

Paso 2: Preparar la mezcla de yemas y azúcar Mientras la leche se aromatiza, en un bol aparte, bate las yemas de huevo junto con el azúcar hasta que obtengas una mezcla homogénea y de color amarillo pálido. Este paso es crucial para la textura final de la leche crema, ya que las yemas aportan cremosidad y ayudan a espesar la mezcla. Si decides utilizar la maicena para una consistencia más firme, este es el momento de añadirla a la mezcla de yemas. Remueve bien hasta que no queden grumos.

Paso 3: Temperar las yemas Este paso es uno de los más importantes para evitar que las yemas se cocinen demasiado rápido y se conviertan en huevo revuelto. Con mucho cuidado, vierte un poco de la leche caliente (unas 4 cucharadas aproximadamente) sobre la mezcla de yemas y azúcar, batiendo constantemente para que las yemas se templen sin coagularse. Luego, poco a poco, sigue añadiendo más leche hasta incorporar toda la mezcla.

Paso 4: Cocinar la crema Vierte la mezcla de yemas y leche de vuelta en la olla y cocina a fuego bajo, removiendo constantemente con una cuchara de madera o espátula. Este paso requiere paciencia, ya que debes evitar que la mezcla se caliente demasiado rápido o se pegue al fondo de la olla. En aproximadamente 10-15 minutos, la mezcla comenzará a espesar. Una vez que tengas una textura suave y cremosa, retira del fuego y añade la esencia de vainilla para darle ese toque final de sabor.

Paso 5: Enfriar y servir Deja que la crema repose y enfríe a temperatura ambiente. Una vez que esté a temperatura ambiente, colócala en un bol o frascos de vidrio y refrigérala durante al menos 4 horas, o hasta que esté bien fría. La leche crema casera se sirve mejor bien fría, y puedes decorarla con un poco de canela molida al momento de servir, para darle un toque extra de sabor.